Los seres humanos se infectan por el consumo de peces, crustáceos o verduras crudas o poco cocidos que albergan las larvas del parásito, se transmiten de los animales vertebrados a los humanos y viceversa.
Los parásitos tienen ciclos vitales complejos que requieren dos huéspedes intermediarios. El primero siempre es un caracol de agua dulce y el segundo varía según la parasitosis. El huésped definitivo siempre es un mamífero.
Las personas se infestan al ingerir el segundo huésped intermediario que alberga las larvas del parásito.
Características epidemiológicas de las trematodiasis alimentarias:

Las regiones más afectadas son Asia sudoriental y América Latina. La transmisión suele relacionarse con factores conductuales y ambientales, como los hábitos alimentarios, los métodos de producción y preparación de los alimentos y la distribución de las especies de huéspedes intermediarios.
Por lo general, los síntomas dependen del órgano afectado e indican la ubicación definitiva de los gusanos adultos en el organismo.
Prevención:
Se recomienda aplicar medidas sanitarias animales, informar y educar a la población que debe cocinar bien los alimentos o congelarlos al menos durante 5 días y ampliar el acceso a antihelmínticos eficaces y seguros.
Otro medio es la farmacoterapia con enfoque colectivo administrando medicamentos a todas las personas que viven en una zona determinada o enfoque individual administrándolos a personas que ya están infectadas.
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