Este pequeño insecto originario de las selvas húmedas asiáticas, tiene una picadura dolorosa, que se inflama y persiste mucho más que las que provocan los mosquitos autóctonos. Además este mosquito tiene hábitos diurnos y muy agresivos, pudiendo atacar en grupos. Por su resistencia y movilidad se explica la transmisión de infecciones, pudiendo contagiar hasta doce.
Sus resistentes huevos sobreviven al frío o desecación, pudiendo permanecer meses aletargados. Pero si la temperatura es adecuada en 20 días pueden completar su ciclo de vida. Cada hembra pone entre 40 y 80 huevos.
Por el momento este mosquito será igual que los locales, ya que al no estar en contacto con las enfermedades tropicales, de las que es transmisor en su origen no existe ningún riesgo.
Este tipo de mosquitos son frecuentes en el ámbito urbano y su prevención será: eliminar el agua estancada, gestión adecuada de los residuos sólidos y aplicación de insecticidas apropiados en los hábitats larvarios.
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